Recolectar información biométrica ¿Para qué? (Bien-estar-bien)
- IglooMID
- 23 dic 2024
- 3 Min. de lectura

Por Marcela Padua
El bienestar pasa por muchos ámbitos y es resultado de circunstancias tanto externas como internas. Hoy vamos a hablar de algunas cuestiones externas que pueden desequilibrarnos, quebrantando nuestro bienestar, sobre todo en el largo plazo.
Entre los diputados y senadores se está discutiendo una legislación que obligaría a las empresas de telefonía móvil a convertirse en recolectoras de información biométrica de sus usuarios, para entregársela a una entidad estatal que supuestamente la usaría para fortalecer sus estrategias de combate al crimen organizado.
Nada más leer este párrafo ya enciende varios focos rojos y nos lleva a un breve análisis. Para empezar, de qué datos biométricos se trata. Ni más ni menos que de huellas dactilares y de iris ocular. ¿Por qué y para qué una línea telefónica móvil -la tuya, la mía, la de tus hijos-, debiera estar relacionada con estos datos biométricos? ¿A quién o quiénes le sirve esa información altamente sensible? Las empresas de telefonía móvil ¿necesitan para algo ese tipo de información? Para ti como usuario ¿qué riesgos representa?
Ahora bien, este pretendido rol de entidades recolectoras de información biométrica coloca a las empresas de telefonía móvil en una situación donde ni de lejos podrían cumplir con lo que les establece IFETEL (Instituto Federal de Telecomunicaciones) y Profeco (Procuraduría Federal del Consumidor) en materia de privacidad y protección a los datos personales de los usuarios, simple y llanamente porque estarían entregando dicha información a una entidad del gobierno federal, vulnerando derechos y garantías.
Adicionalmente, se verían obligadas a cancelar las líneas de quienes se nieguen al registro biométrico, o bien a negar la posibilidad de tener una línea telefónica móvil a quienes por su situación económica, geográfica o educativa no sean proclives a dejar sus huellas dactilares ni oculares. El registro biométrico en estricto sentido entra en el terreno de los derechos humanos con aristas muy delicadas.
Por otra parte ¿qué entidad gubernamental sería la receptora de toda esta información? ¿Con qué fines? ¿Con qué garantías? Porque en realidad ya hay datos biométricos nuestros en varios sectores: el SAT (Servicio de Administración Tributaria) desde hace años ha hecho registro y actualización de contribuyentes incluyendo la lectura de iris ocular; la SRE (Secretaria de Relaciones Exteriores) recolecta huellas dactilares e iris ocular en los trámites de expedición y/o renovación de pasaporte; la banca ha comenzado a registrar huellas digitales de los cuentahabientes.
¿Qué está sucediendo con esa información biométrica? ¿Acaso está dispersa o se está concentrando en alguna entidad? A ésta ¿se sumaría la que pretenderían recolectar a través de las empresas de telefonía móvil?
En el mundo se estima en 155 el número de países que poseen un registro de usuarios de telefonía móvil. Sólo el 8% de ellos incluye datos biométricos en el registro y se trata de países con regímenes opresores. ¿Es en esta línea que México quiere colocarse?
¿Qué hacer como ciudadano?
Las propuestas legislativas que se discuten en el Congreso no son definitivas. Podemos -como ciudadanos- incidir en su modificación o en su eliminación. Entonces, si es el caso, manifestemos nuestro descuerdo con esta cuestión, a través de los medios que cada uno considere adecuados, pero no lo dejemos pasar. Nos jugamos nuestro bienestar.
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