Ansiedad, en el centro de nuestros días: Bien-estar-bien
- IglooMID
- 20 oct 2021
- 3 Min. de lectura
Por Marcela Padua

La ansiedad se define como un estado mental con gran inquietud, intensa
excitación y extrema inseguridad.
Otra manera de explicarla dice que se trata de preocupación y miedo intensos,
excesivos y continuos ante situaciones cotidianas. Entre las manifestaciones
físicas de la ansiedad es frecuente la presencia de taquicardia, respiración
agitada, sudoración y/o sensación de cansancio.
Lo anterior está formando parte de nuestra cotidianidad desde el año pasado y,
periódicamente, se transforma en crisis, ya sea de angustia o pánico, sin respetar
edades o condiciones sociales. Escenario preocupante en el ámbito personal, de
las familias, y de la sociedad.
Experiencia cercana
En días pasados me ha tocado muy de cerca la circunstancia de ver el proceso
creciente de la ansiedad en una persona y cómo se va traduciendo en
comportamientos y pensamientos cada vez más acelerados, caóticos y lejanos a
la realidad.
Una mente ansiosa comienza a crear escenarios supuestamente coherentes con
una problemática a resolver, pero que en la vorágine cada vez más ansiosa, se
convierten en pequeñas trampas más y más catastróficas, perdiendo toda
conexión con la situación original a tratar. Acercándose además a estados de
locura.
A ello se agrega que la persona en ese estado va buscando jalar a otros para
sumarlos a la espiral de pensamientos caóticos, bajo argumentos de poseer
mucha objetividad y ser muy previsor ante cualquier posible circunstancia.
Tal vez ya identificaste alguna situación similar a ésta, o bien a la(s) personas(s)
que tiene(n) este tipo de comportamientos. De ser así, es importante que no te
dejes llevar, que te mantengas sereno y centrado para que puedas ser un ancla
que ayude a quien está en la espiral de la ansiedad.
La persona hiper ansiosa necesita de alguien que le haga regresar a poner los
pies en la tierra; alguien que le llame la atención de manera tal que le haga
“despertar” o “reconectar” con la realidad presente.
De acuerdo con la Clínica Mayo, entre los varios tipos de ansiedad está
“…el trastorno de ansiedad generalizada, que se caracteriza por una
ansiedad y una preocupación persistentes y excesivas por actividades o
eventos, incluso asuntos comunes de rutina. La preocupación es
desproporcionada con respecto a la situación actual, es difícil de controlar y
afecta la forma en que te sientes físicamente”.
Cómo reconocer un estado de ansiedad
Dificultad para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la
preocupación actual.
Tener problemas para manejar las preocupaciones
Tener problemas gastrointestinales
Tener problemas de insomnio
Sensación de nerviosismo, agitación o estrés
Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe
Respiración acelerada
Sudoración, temblores, cansancio.
Qué hacer
Reconocer las manifestaciones de la ansiedad es un buen primer paso, pero,
sobre todo, pide ayuda. A un familiar, a una amistad, a un terapeuta, a un
consejero. Evita creer que todo lo puedes resolver por ti mismo. La ansiedad
llevada al extremo causa daños físicos, neurológicos y de comportamiento que
afectan a quien la padece y a todo su entorno.
Postdata
En el QìGōng tenemos prácticas que ayudan a resolver esta problemática.
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Marcela Padua es consultor organizacional y terapeuta. Durante varios años trabajó en el mundo editorial, como publisher y columnista. Fundó y dirige XARENI Consultores, firma dedicada a la comunicación, mercadotecnia y relaciones públicas, especializada en tecnología. En paralelo ha desarrollado un fuerte trabajo de preparación y práctica como terapeuta, alrededor de la medicina tradicional china y la alimentación consciente, teniendo como eje principal el ChiKung.
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LinkedIn: Marcela Padua
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